Milena Caba

La quietud perfecta

Muchos habrán escuchado aquella historia de unos hombres que iban en una barca (o velero, en ese entonces no existía el motor de combustión interna) cuando se desató una tormenta. Los hombres, asustados al sentir el agitado vaivén de las olas, fueron a despertar a su maestro, que dormía plácidamente. El maestro era muy poderoso. Le dijo al viento que se callara y así, la tormenta cesó y siguió una gran calma. Luego, amorosamente, el maestro les preguntó a sus amigos que por qué habían tenido tanto miedo, que si aun no tenían fe. Me gusta especialmente lo de aun.

Desde hace miles de años el ser humano sabe que la búsqueda de la paz es un anhelo compartido por todos. Mas no hace falta buscar lo que ya tenemos dentro. Cuando sabes esto, cuando realmente lo sabes, es posible acallar las tormentas y el viento. 

La paz interior es un sentir expansivo, brillante y grato (de gratitud). Como dice Sydney Banks: “El estado de no pensamiento es cuando el sistema de pensamiento personal encuentra la quietud perfecta, trascendiendo el tiempo, el espacio y la materia y encuentra la verdadera naturaleza de Mente”.