Por azares del destino me topé con un curso intensivo de coaching de transformación y decidí tomarlo. Sin haberlo realmente planeado, me encontré rodeada de un distinguido grupo de coaches profesionales y, por casi un año, pasé incontables horas inmersa en profundas exploraciones sobre la experiencia humana. Desde entonces, esta imparable aventura no ha hecho más que expandirse en todas direcciones.

¿Qué es lo que he descubierto? Para empezar, unos niveles de energía y entusiasmo que desconocía, impactando positivamente en mi productividad. Pero la transformación se siente mucho más adentro. Desde allí nada es igual. No que antes la cosa estuviera mal, para nada. Solo que ahora es un millón de veces mejor. Tengo certezas que antes desconocía, pues entiendo, con confianza y claridad, los principios que rigen la experiencia humana, de adentro hacia afuera.

Una vez reconocido el regalo, imposible no querer compartirlo. Es mío, es tuyo y de todos, y estamos a un solo pensamiento de tenerlo. Además, déjame decirte que los pájaros siempre estuvieron allí.

Si quieres saber más, escríbeme y platicamos. Me encantará lo que pueda surgir de nuestra conversación.