Milena Caba

El siguiente paso

En esas latitudes el mundo vegetal aprovecha la corta temporada de lluvias para llevar a cabo su ciclo reproductivo. Por eso hoy la maleza abunda y en el aire hay fragancias que atraen mariposas y otros pequeñitos insectos voladores, que parecen tener predilección no solo por las flores, sino también por la humedad de los ojos y de la boca de la pareja que atraviesa el terreno rocoso de aquellos cerros normalmente áridos. 

Callados y en presencia, suben la ladera buscando la cascada que marca el mapa. Él comenta:

– Se nota que nadie ha caminado por aquí en mucho tiempo, pero que fácil se encuentran los senderos entre los árboles y las piedras.

Ella escucha y siente la certeza que ya conoce, esa voz que le habla desde su silencio interior. Entonces, sabe que la vida y la ilusión humana de moverse en el tiempo son así: a cada paso el bosque se vuelve a cerrar, dejando el pasado atrás, inamovible, y enfrente, un camino no recorrido por nadie aun, que aparece claro para dar el siguiente paso. Y el siguiente. Y el siguiente.